Torre baliza bajo Borneira, Cangas (Pontevedra)

Amantes de los faros, visto que hace mucho tiempo que no comparto uno de mis viajes fareros, sed bienvenidos al comienzo de una ruta muy especial y muy ansiada por mí durante años, y que, por fin, pude disfrutar este invierno de 2020: a Costa da Vela. Recibe este nombre la zona de la costa de la península del Morrazo (no sé por qué a mi hija le hace tanta gracia este nombre) comprendida entre el cabo Couso y la pequeña población de Nerga (Cangas). Separa las rías de Pontevedra y Vigo y es la parte de tierra firme más cercana a la línea imaginaria que une las Cíes y Ons; os incluyo un mapa para que la ubiquéis.

¿Nunca os ha ocurrido que habéis oído hablar maravillas de un lugar que os atrae, que muchas veces habéis pasado lo bastante cerca como para casi verlo a lo lejos pero por un motivo u otro no pudisteis ir y os quedasteis con las ganas? ¿Que os habéis imaginado cómo sería estar allí e incluso alguna noche haber soñado que vais? (bueno, esto igual sólo me ocurre a mí, aunque yo cuando sueño añado rincones o pueblos inexistentes que me gustan mucho más que los reales, pero eso ya es otra historia). Pues a Costa da Vela y la ría de Aldán son para mí de esos lugares, que se quedan mucho tiempo en tu lista de visitas pendientes; repleto de faros, de lugares míticos y de playas increíbles. Y un día, por fin, lo que parecía complicado se vuelve sencillo y consigues llegar.

Por supuesto el mapa de mi periplo incluía varios faros y balizas; alguno de mis destinos no tuvo un final feliz, como por ejemplo el faro de punta Couso, con su camino secuestrado por unos vecinos. Otros me pusieron difíciles las cosas para llegar hasta allí, pero sólo consiguieron que valorase aún más lo que me esperaba tras el esfuerzo. Pero empecemos por el principio de la ruta, nuestra primera parada: la sencilla baliza del bajo Borneira, que avisa de unos inesperados y por ello peligrosísimos bajos, que con marea muy baja llegan a ser visibles. Aquí comenzamos nuestra personal ruta farera.

El bajo Borneira tiene mucha historia, y es que es un lugar más peligroso de lo que parece: allí naufragaron muchos barcos, entre otros el vapor-correo Valparaíso el 28 de febrero de 1887 y el transatlántico Southern Cross el 24 de diciembre de 1909. El primero salía de Vigo con destino al puerto peruano del Callao. Las más de doscientas personas que iban a bordo pudieron salvarse con la ayuda de los pescadores de la zona, pero el barco y toda su carga se hundieron y allí continúan; en aquel momento la baliza aún no estaba instalada, y el capitán confundió la luz de un barco con la del faro de las Cíes.

Y en la Nochebuena de 1909 el Southern Cross, que venía desde Liverpool y pensaba terminar su periplo en Buenos Aires, quedó encallado en las rocas del bajo cuando intentaba entrar en el puerto de Vigo; el mar reventó sus remaches y lo partió por la mitad, hundiéndose sin remedio. A sus señales de auxilio acudieron varias embarcaciones y sólo falleció un pasajero que por puro pánico se arrojó al mar. En este caso el accidente se debió a que la baliza, que llevaba funcionando un año, estaba averiada y el capitán confundió una luz de la costa o tal vez de otro barco con ésta. Os enlazo un maravilloso documental de la TVG, Buscadores de naufraxios, que bucea en estos bajos. Cementerio de barcos, le llaman.

El origen de la torre de Borneira está en una Real Orden de 1904 para balizar la ría de Vigo. Su proyecto se aprobó en abril de 1907 y entró en funcionamiento en diciembre de 1908. La base de la torre, de piedra, está fijada al propio bajo. El conjunto tiene una altura de 11 metros. Su luz es roja y alcanza las 5 millas.

Las fotos que veis fueron sacadas desde la minúscula playa de As Cunchas. Para llegar hasta ella salimos desde el puerto de Cangas y recorrimos unos dos km hacia el oeste por la costa, camino de cabo Home. La baliza se ve perfectamente dirigiendo la mirada hacia el sur, hacia Vigo. Pero hay muchos más lugares desde donde divisarla, id y buscad vuestro favorito en esta ría maravillosa.