«El faro de la mujer ausente», de David Fernández Sifres.


¡Vaya relato tan perturbador y absorbente! Una historia muy bien construida que nos hace viajar  una y otra vez desde la Segunda Guerra Mundial hasta la juventud del protagonista, en una época mucho más actual y recordada desde la madurez. Cinco adolescentes de distintos países coinciden cuatro semanas en un curso de francés en Normandía. Hugo, el chico español, es testigo una noche de tormenta de cómo un soldado dispara y mata a una mujer que intenta darle un papel antes de morir. Hugo intenta pedir ayuda en el faro situado apenas a cien metros, pero se desmaya y despierta horas después en un hospital. Nadie cree su historia porque no hay cadáver, no hay restos de sangre, ha desaparecido el agujero que una de las balas había dejado en la pared del faro, y el huraño farero, que acabará teniendo mucho protagonismo en la historia, se niega a hablar con él. Hugo y sus amigos comienzan a investigar hasta desvelar la tristísima historia que se esconde tras la visión de aquel asesinato, ocurrido muchos años atrás. Gracias a su intervención se aclaran malentendidos y viejas rencillas y se cierran heridas que nunca habían dejado de sangrar.

Me ha parecido una historia magnífica y tan bien narrada que acabé casi convencida de que estaba basada en hechos reales. Tiene misterio, amistad, primeros amores, odios viscerales y reconciliaciones, amor eterno, lealtad y gratitud. Me emocioné  hasta las lágrimas con su final y aunque esté catalogada como novela juvenil es una gran recomendación para cualquier edad.

«Luces de septiembre», de Carlos Ruiz Zafón.

zafonDespedimos 2017 cerrando la Trilogía de la Niebla, de Carlos Ruiz Zafón, con «Las luces de septiembre«. El primer libro, si os acordáis, era «El príncipe de la niebla«. El segundo, «El palacio de la Medianoche«, está ambientado en Calcuta y no tiene nada que ver con los faros, así que nos saltaremos su reseña. De todas formas, sus lecturas son independientes, los personajes y tramas cambian de un libro a otro (creo que simplemente por ser juveniles los agruparon en una trilogía).

Este libro fue publicado en 1995, y es una historia de terror sobre una sombra maligna que se cierne sobre los protagonistas de la historia: la viuda Simone, sus hijos Irene y Dorian, el joven pescador Ismael, el acaudalado juguetero Lazarus Jan… La época: los años previos a la II Guerra Mundial. El escenario: un pueblecito de la costa francesa, la mansión de Lazarus y el bosque que la rodea, la casita de Simone, el faro y la isla en la cual se ubica. La historia te atrapa y te espanta, y, aunque el final no me quedó muy claro por qué el personaje maléfico quiere destruir a los buenos, la verdad es que en conjunto resulta un libro tan cautivador como espeluznante.

¡Os deseo que tengáis un maravilloso 2018, tan lleno de viajes a faros como de lecturas muy felices!

«El faro del viento», Fernando Alonso.

faro del viento«El faro del viento» es un libro de cuentos para niños de 9 o 10 años. De entre ellos, los que más me gustaron fueron el de una niña de ojos azules llamada Marta que quiere escapar de una prisión en forma de zapatitos de cristal, que no le permiten subirse a los árboles ni correr; el de una biblioteca popular organizada dentro de un viejo tranvía amarillo; y el de la amistad entre un niño, un gato y un gorrión que viven en una buhardilla.

El cuento del faro habla sobre el talento de un niño que un día descubre una forma de viajar que no contamina ni cuesta dinero. Pero los ricachones del mundo, temiendo quedarse sin la fuente de su riqueza, lo encierran en una isla con un solitario faro. Con inteligencia y paciencia el niño conseguirá todo lo que se proponga.

«O misterio do Faro Vello», de Fina Casalderrey.

o-misterio-do-faro-vello«O misterio do Faro Vello» es un libro juvenil, a priori de aventuras pero un poco oscuro y con un punto malévolo. Trata sobre una pandilla de niños, de unos once años de edad, que descubren que unas luces misteriosas, como pompas de jabón, se elevan de vez en cuando desde el viejo faro. Intentando descubrir su origen conocemos a otro niño, Belial Viario, que tiene un comportamiento agresivo y cruel. Pocas cosas son lo que parecen y la historia no se resuelve fácilmente, si no que va dando giros que nos dejan descolocados. Trata temas como la amistad, la lealtad, la generosidad y también cómo puede cambiarte la vida en un solo instante y debes superarlo para seguir adelante.

«El faro del fin del mundo», de Julio Verne.

el-faro-del-fin-del-mundo-de-julio-verneUno de mis libros favoritos de toda la vida ha sido, es y será «Un capitán de quince años«, de Julio Verne. Aquel viaje a Sudamérica, truncado de forma premeditada y despreciable, y la sorpresa e incredulidad de los viajeros, guiados por un chiquillo, por tierras que no responden a lo esperado, todavía me pone los pelos de punta. Julio Verne plasmó en sus libros las aventuras que deseaba vivir con todo su corazón, y que, sin embargo, sólo pudo imaginar atrapado en una vida burguesa e insatisfactoria. Su hermano menor, Paul, fue quien pudo cumplir el sueño de ambos de ser marinero, y se convirtió en su gran consejero e inspirador. Este anhelo fue inculcado quizás por una extravagante institutriz a quien su marido, capitán de barco, abandonó y a quien ella imaginaba viajando por el mundo y viviendo peligrosas aventuras que le impedían regresar a casa. Julio incluso huyó e intentó enrolarse como grumete a los 11 años, pero fue pillado por su padre y su aventura se vio frustrada. Con casi 50 años pudo al fin, con las ganancias de sus libros, hacerse con un gran velero que le permitió realizar viajes por el Mediterráneo, una fuente de inspiración y de paz para su espíritu.

«El Faro del Fin del Mundo» es una de sus últimas novelas, publicada el mismo año en que su autor falleció, 1905, pero quizá escrita un par de años antes. Es diferente a otras historias más conocidas, más realista quizás. No habla de esos inventos científicos tan avanzados para su época que le hicieron tan popular y tampoco hay un gran viaje.

Arranca la historia con la inauguración del faro, en 1859, donde viven tres torreros, en la imaginaria bahía de Elgor, en la Isla de los Estados, la Tierra del Fuego argentina. Les esperan por delante tres meses de verano, hasta que llegue el relevo. El territorio es árido, el clima terrible, las condiciones de vida penosas. Pero el faro es muy necesario, se encuentra allí donde se juntan el Pacífico y el Atlántico y va a prestar un servicio precioso. Julio Verne es exhaustivo y dedica un capítulo entero a describir la isla y el faro, así como su funcionamiento con todo lujo de detalles: altura de la torre, alcance, construcción del edificio, funcionamiento de la linterna, aparato dióptrico, etcétera. En fin, que los tres fareros se prometen una vida tranquila aunque de duro trabajo, eso sí; lo que no saben es que en el otro extremo de la isla se encuentra escondida una banda de sanguinarios piratas que quedaron atrapados allí tras perder su barco, y que están tremendamente ansiosos por huir de allí a cualquier precio…

Una clásica novela de aventuras donde la amistad, la importancia del trabajo bien hecho y el amor a la patria eran aún valores importantes.