Visita a la isla de Ons con el programa de TVE «80 cm»

¡Hola, amantes de los faros! Después de un mes y medio de confinamiento y ahora que ya empezamos a ver más cerca el momento de abrazar a quienes queremos, espero que todos os encontréis bien de salud y que pronto podamos volver a viajar a los destinos que más nos gustan. Para muchos, entre ellos están los faros, así que hoy os invito a visitar, sin moveros de casa, el de Ons, ¡uno de mis lugares favoritos en el mundo! El sábado pasado TVE emitió el capítulo del programa 80 cm donde se recorría la isla conociendo sus senderos, playas y misteriosos rincones; y además, en mi grata compañía, el programa llegó hasta lo más alto de su increíble faro. Pinchad en la foto inferior para acceder y verlo todo. Lo disfrutaréis muchísimo, de verdad, porque es divertido, asombroso, emotivo y apasionante y, aunque conozcáis ya la isla, la veréis como nunca lo habíais hecho. ¡Seguro que os gustará por lo menos una milésima parte de lo que a mí me chifló participar! Cuidaos mucho y escribidme cuando queráis. Bicos cheos de agarimo.

Regreso (¡y muy feliz!) a la isla de Ons.

Siempre he pensado que soy muy afortunada por muchas cosas: tengo un trabajo que me encanta, una familia estupenda, amigos que me quieren, una casa llena de libros en la que estoy muy a gusto, y libertad para ir y venir cuando quiero. Hace casi ocho años que puse en marcha este blog y, gracias a él, he podido conocer a gente maravillosa y participar en proyectos increíbles. Pero jamás se me pasó por la cabeza que podrían llegar a contar conmigo para la aventura tan extraordinaria que viví la semana pasada.

Hace unas semanas Toni Burón, de TVE, se puso en contacto conmigo para preguntarme si me gustaría participar en el rodaje de un capítulo del programa de senderismo «80 cm». Querían comenzar la cuarta temporada recorriendo la isla de Ons, y después de buscar información en internet y encontrarse con mi blog había pensado en mí para acompañarles en la ruta del faro. No creo que Toni se haga una idea aproximada de la enorme ilusión que me hizo su llamada, porque, siendo como soy un poco supersticiosa y precavida, tenía yo un cierto miedo a que aquello, que tan sensacional me estaba sonando, se pudiera frustrar por algún imprevisto (de hecho hubo que retrasarlo unos días por mal tiempo). Pero le notaba a él tanto entusiasmo contagioso exponiéndome su plan que era imposible pensar que nada pudiera salir mal. Y todo fue perfecto de principio a fin.

Salimos del puerto de Bueu el martes 1 de octubre bien temprano en un barco de Piratas de Nabia. Toni y su equipo me acogieron desde el primer momento como a una más, y me hicieron participar del proyecto de tal manera que pude conocer a fondo los entresijos de la magia de la televisión. De verdad que es increíble el trabajo que puede dar un programa de veinticinco minutos, y la cantidad de escollos e imprevistos que consiguieron superar estos chicos. Pero son unos profesionales tan grandes, con tanta ilusión por su trabajo y con tan buen ambiente entre ellos que todo fue fácil, cómodo y, sobre todo, muy muy divertido.

Nos pasamos la tarde del martes grabando la subida al faro bajo un sol otoñal tan radiante que parecía verano. La llegada al faro coincidió con el anochecer, y las últimas escenas fueron un lujo para mí: en el balconcillo de la linterna, viendo cómo el faro se encendía mientras se ponía el sol en el horizonte. De verdad, no os podréis hacer una idea, hasta que veáis el programa, del inmenso regalo que me hicieron al invitarme a la isla y cuánto lo disfruté.

Jesús, el farero, nos abrió las puertas de su casa con muchísima amabilidad, y aunque al principio pensaba quedarse tranquilamente un poco al margen del trajín finalmente decidió subir a la linterna para acompañarnos. No creo que reciba con frecuencia visitas tan bulliciosas como lo fue la nuestra y no quiso perderse ni un detalle de la grabación; él y su esposa se divirtieron mucho durante aquel rato antes de volver a la tranquilidad de su vida diaria. ¡Gracias por tu hospitalidad, Jesús!

Nos marchamos del faro ya con noche cerrada, y después de cenar fuimos con Susi (una isleña de toda la vida, que nos acogió como a familia) y con Richi Lago, un chico de Vigo experto en astronomía, para grabar el precioso firmamento que convierte a Ons en un destino perfecto para observar las estrellas y constelaciones. Pocas ocasiones tengo yo para disfrutar, como aquella noche, de la nula contaminación lumínica y del silencio de la Naturaleza, sólo interrumpido por nuestras charlas y risas.

Onza y Cíes

Nos fuimos a la Pensión Casa Acuña a dormir agotados, y a la mañana siguiente, tras el desayuno, fue Susi quien nos llevó a recorrer la ruta sur de la isla: la playa de Area dos Cans con su tumba antropomórfica; el mirador de Fedorentos (foto de arriba), desde el cual se divisan la pequeña isla de Onza, las Islas Cíes, a Costa da Vela y la ría de Aldán. Después continuamos hasta o Buraco do Inferno, una sima de más de cincuenta metros que baja en vertical hasta el mar, y donde sus golpes en días de tormenta hicieron pensar a los isleños que aquello era la entrada al mismísimo averno. Y por último recorrimos un camino que bordea los acantilados del oeste de la isla. Un recorrido circular de algo más de seis km que nos hizo enamorarnos aún más si cabe de Ons. ¿Y qué decir de lo bien que nos supieron aquellos estupendos bocadillos tras la caminata al aire libre?

Con mucha pena a última hora de la tarde nos tuvimos que despedir de la isla y embarcar hacia el continente. Ons quedaba desierta ante el aviso de mar de fondo que volvía muy peligrosa la navegación durante todo el jueves. Aquellos dos días se terminaron pero nunca olvidaré a Toni, Antonio, Juanjo, Christian, Roger, Jordi y Edu. Espero que ellos también me recuerden, que conservemos una bonita amistad y de corazón deseo volverles a ver muy pronto, cualquier día de estos, en cualquier rincón de España. ¡¡¡Gracias!!!