Faro del dique de abrigo de Cedeira.

Concluyo hoy la visita a la hermosa villa de Cedeira con un paseo hasta su puerto, uno de los más importantes de las Rías Altas. El dique de abrigo está señalizado con esta torre rojiblanca.

Desde allí vi por primera vez el precioso faro de A Robaleira (¡creo que la mejor vista de todas!) y me enamoré sin remedio de aquel lugar. Acabamos aquel día cenando en un mesón pequeñito pero con unas vistas maravillosas de la ría, el Kilowatio; allí probé por primera vez el marraxo, un pescado de la familia del tiburón, que me pareció muy muy sabroso.

En fin, si, como dijo Enrique IV, «París bien vale una misa«, Cedeira bien vale un fin de semana completo para pasear y conocerla a fondo: desde los faros ya mencionados de A Robaleira y Candieira, sus acantilados, su larguísima playa, su zona medieval, el Castillo de La Concepción, el paseo por la orilla del río, y por supuesto la obligadísima visita al santuario de San Andrés de Teixido, antes de que la muerte nos obligue a ir con la apariencia de cualquier bichejo. Yo ya cumplí…