Faro de la isla de Sálvora (Riveira).

 

La isla de Sálvora es de las más desconocidas del Parque Nacional das Illas Atlánticas. Perteneció a la Iglesia hace siglos, fue ocupada por los sarracenos (aunque enseguida fueron expulsados de allí) y, con permiso de los señores de Mariño, los vecinos de Carreira la utilizaron para labranza hasta que sobre el año 1770 se instaló allí una fábrica de salazón de pescado (reformada como el actual pazo de Sálvora); desde entonces hubo pleitos entre los vecinos y los ricachones que se querían quedar la isla en exclusiva para su ocio y sus negocios; a principios del siglo XIX algunos vecinos llegaron a formar allí una aldea a cambio de entregar a los amos la mitad de lo que obtenían de su trabajo. Desde 1972 la aldea está abandonada, es Parque Nacional desde 2002 y en la actualidad la isla pertenece al Ministerio de Medio Ambiente y a la Xunta de Galicia.

La isla se puede visitar (sólo en verano, pero hasta hace poco ni siquiera eso) en alguno de los barcos que salen desde Riveira, O Grove o Vilagarcía, por ejemplo; y es una excursión muy apetecible ¡sobre todo si os gustan los faros y las islas tanto como a mí! Nada más llegar allí nos recibió la estatua de a Serea de Sálvora, Mariña, de quien se dice que fue la madre de los primeros propietarios de la isla, la familia Mariño. Esta leyenda y muchas otras nos las fue contando el amabilísimo guía que nos acompañó todo el camino. Nos llevó por unos senderos señalizados de los que no se nos permitió salir, para no molestar a los animales y a las plantas, que tienen allí un auténtico paraíso. Entre ellos hay caballos y ciervos, tan bien escondidos que no los pudimos ni ver (aunque el guía nos aseguró haberlos escuchado en alguna ocasión). Todo está muy cuidado y bien protegido, no hay papeleras ni baños públicos (hay que aguantarse hasta volver al barco…)

Según reza en un cartel allí colocado, el faro primitivo, de cuarto orden, se construyó en 1852 y se encendió el 19 de octubre de 1853 para indicar la posición de la isla y la mejor entrada en la ría de Arousa, siempre apoyando al de Corrubedo, desde luego. El proyecto se encargó a Celedonio de Uribe, quien lo ubicó en punta Besugueiros, al sur de Sálvora. Como faro isleño, exigía la presencia de dos torreros más sus familias, pero el ingeniero diseñó un edificio más bien pequeño con forma de hexágono irregular y con la torre, de unos 6 metros de altura, insertada en el centro. Su luz era blanca y fija pero con destellos rojos, y alcanzaba las 10 MN. Las condiciones de vida eran miserables por lo reducido de los espacios, a pesar de lo cual don Celedonio debió quedar muy satisfecho porque copió muchos detalles en el faro de la isla de Arousa.

Con el Plan de Reforma del Alumbrado Marítimo de 1902 se estudió la necesidad de que el faro alumbrase también el interior de la ría de Arousa para guiar el creciente tráfico marítimo. Hubo ahí un tira y afloja entre construir un segundo faro sin apagar el primero o bien desplazar este a una nueva ubicación (no me queda muy claro si pensaban levantarlo y moverlo y que sea lo que Dios quiera o cegarlo y edificar uno nuevo en otra parte). En 1904 se aprobó una Real Orden que decidió dejar una sola luz en un lugar más elevado, y así balizar los bajos de Corrubedo al tiempo que se iluminaba el interior de la ría. El proyecto se encargó a Ramón Martínez de Campos, quien escogió una zona cercana al viejo faro donde la luz pasaría de estar de 25 a 40 metros sobre el nivel del mar. Diseñó un amplio edificio en forma de U para acoger a los tres torreros y sus familias, y una torre octogonal de sillería de 12 metros de altura adosada a la fachada posterior. El ingeniero Mauro Serret modificó algunos detalles como añadir una parte cilíndrica entre la torre y la linterna, en el medio de los dos balconcillos. Las obras empezaron en 1912 pero hasta el 5 de diciembre de 1921 no fue encendido por retrasos en la instalación de la linterna, una tarea encargada a Rafael de la Cerda. A principios de ese mismo año, el 2 de enero, ocurrió el peor naufragio de la zona: el del vapor Santa Isabel, en el que fallecieron 213 personas, muchos de clase humilde que marchaban hacia América; los pocos vecinos de la isla (sobre todo mujeres) que no estaban en Riveira celebrando el Año Nuevo ayudaron en el rescate de los 53 supervivientes. ¡Otra historia de valor y solidaridad del pueblo gallego! Os enlazo un vídeo de la Televisión de Galicia con un pequeño reportaje de 7 minutos sobre esta historia.

Los restos del antiguo faro parece ser que se utilizaron para adornar la fuente de Santa Catalina (en la misma isla), para un lavadero y para añadir unas torres a un almacén. En 1925 empezó a funcionar un radio-faro para emitir señales como ayuda a la navegación en días de niebla. El edificio fue revestido de azulejos en 1930, respetando la franja roja que se pintó originalmente, para darle el aspecto que tiene hoy en día. En 1978 se reformaron las viviendas pero a peor y se implantó un sistema de turnos rotatorios que no cuajó y sólo consiguió cambios constantes de personal; afortunadamente rectificaron, el edificio se adecuó para que el personal residiera de forma permanente y poder tener así descansos majos.

El faro depende de la Autoridad Portuaria de Vilagarcía de Arousa; está habitado por dos fareros (un hombre y una mujer, a día de hoy, en 2013) que se turnan para cubrir los 12 meses del año. Su luz es blanca y alcanza las 21 millas. No es posible acercarse mucho puesto que una verja lo rodea completamente, pero lo que vi me pareció un tanto descuidado; como podéis ver por las fotos, me dio la sensación de que lo estaban acondicionando.

Nada más inaugurarlo hubo que demoler toneladas de rocas que interrumpían el haz de luz (un pequeño error de cálculo en la altura del plano focal). En realidad la isla es pura roca, y está rodeada también de islotes pedregosos que dificultan la navegación. Varias leyendas aseguran que cada una de esas piedras es alguno de los guerreros que intentaron invadir Galicia en los tiempos en que los oestrymnios (un pueblo anterior a los celtas) habitaban estas tierras, y que fueron encantados para evitar sus propósitos.

Pero de todas las historias y leyendas que escuché y leí sobre Sálvora la que más me gustó fue «Na noite estrelecida«, («En la noche estrellada») de Ramón Cabanillas,  publicada en 1926. El autor hace una versión libre de los mitos artúricos (¡una de mis grandísimas debilidades!) excaliburmezclándolos con elementos celtas, y ubica en Galicia los principales hechos de las leyendas del rey Arturo y sus caballeros. Está formada por tres partes; en la primera, «A espada Escalibor», sitúa la isla de Sálvora como el lugar donde aparece esta mítica espada y de donde sólo Arturo conseguirá arrancarla. Después será O Cebreiro donde Galahaz encuentre el Santo Grial; y, finalmente, en algún recóndito lugar de Galicia duerme el rey Arturo esperando ser despertado de su sueño. Ya me gustaría a mí estar allí cuando despierte…

8 pensamientos en “Faro de la isla de Sálvora (Riveira).

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  4. Las leyendas e historias que cuentas: espectaculares y las fotos me hacen desear que el verano llegue pronto para visitarlo!!!!

    • Hola, Lulo! En principio en invierno también realizan las visitas, pero sólo para grupos organizados (al menos 20 personas…). El guía nos contó que los fareros están allí varios meses seguidos, y parece que se aburren bastante, los pobres. Una semanita allí en invierno parece una idea atractiva, en medio de los temporales, soledad, silencio, tranquilidad… pero tanto tiempo sí, puede llegar a ser poco llevadero, je je.

      Saludos!!

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